La Asociación para el Diálogo, cuyo fin es promover y estimular la participación ciudadana en la reflexión sobre los problemas de las personas y de la sociedad, ante la situación de deriva política e institucional del Estado, que afecta gravemente a la libertad e igualdad de los ciudadanos, recuerda a todos:
1º Que el ejercicio de la soberanía popular, primer pilar de un Estado democrático se realiza a través de los partidos políticos, que son delegados interpuestos entre el Estado y el pueblo. Tal delegación o apoderamiento se hace bajo el presupuesto de que se respete la estructura del Estado, diseñada en la Constitución, y que su actuación de gobierno cumpla lo ofrecido a los votantes.
En el momento actual se está produciendo desvío y grave incumplimiento del programa presentado a los electores, tan grave que afecta a la propia estructura e integración de la nación española tal como se describe en la Constitución. Se pretende gobernar ejecutando lo contrario a lo ofrecido a los ciudadanos.
2º El segundo pilar es el respeto al Derecho, que debiera ser una síntesis dialéctica pacífica y ordenada en el Congreso y Senado, a la que contribuyan todos los miembros del mismo; lo cual exige independencia de criterio, tal como establece la CE.
Se pretende gobernar marginando a un sector mayoritario de ciudadanos, esquivando el debate a través de un abuso sin precedentes del Decreto Ley, y acogiendo la exigencia de grupos cuyo propósito es destruir la equivalencia del territorio de España. Obviando o retorciendo el significado claro de preceptos y principios recogidos en la Constitución.
Se trata de un movimiento regresivo, que empequeñece la justicia y afecta a la convivencia pacífica de los ciudadanos. Por lo tanto a la paz social, fin último del Estado.
3º El tercer pilar es la separación de Poderes. El Ejecutivo ha ido anulando con un desvío continuo y progresivo de la verdadera función, a los miembros del Poder Legislativo, absorbidos por el Ejecutivo, reducido al Jefe de Gobierno, al que rinden pleitesía. Y votan al margen de la independencia de criterio; obedientes, sumisos y a la orden.
La intromisión y ataque a la independencia del poder judicial es continua, desde hace tiempo, pero ha llegado al colmo en los últimos días; hasta el punto que los miembros de la judicatura y de las principales instituciones que componen el entramado del Estado han alzado su voz en defensa de la imparcialidad e independencia.
Se puede decir que estamos ante un proceso de involución democrática, ya que ha quedado absorbido el Poder Legislativo, controlado y obviado el Poder Judicial, y sometidos los demás medios de supervisión y control, en especial los de comunicación social de titularidad pública.
Ante esta situación, la sociedad civil, a través de las instituciones independientes y libres, debe alzar la voz y hacer ver claramente la necesaria toma de posición y crítica que ayude a la reconducción del desvío del Estado democrático de Derecho y paralice el proceso de ruptura de la igualdad y paz social.